viernes, febrero 23, 2007

El geek comecorazones


El verano de 1990 fue para mi una maratón de mates-fiqui indoors. Tenía una profesora particular a la que, años más tarde, (muchos años más tarde) vendería un piso. Mi profe de verano es hoy en día conserje del institut del teatre, cuando me trajo la documentación para tramitarle la hipoteca, me quedé sorprendida de su ocupación, trasa quel verano yo la tuve semiendiosada por sus bastos conocimientos sobre molaridad, fuerzas, fórmulas y no me resultaba aquel un trabajo adecuado para ella; así, le iba diciendo a todas las entidades financieras que ella era una mujer muy inteligente, como si su capacidad le fuese a facilitar la concesión de crédito, si es que... soy de un romántico... románico!


Por mucho que me esforcé, no conseguí aprobar fiqui y para mi padre esto era poco menos que un motivo para enviarme al colegio especial de mi hermano mediano, el chamitu. Yo estaba muy alterada hormonalmente como para concentrarme en aquellos interminables ejercicios de números y letras; por otro lado... me enganchada a series bastante b que ni el nombre recuerdo, en una salía la más alta de las chicas de oro y también se llamaba Dorothy; otra era de una camarera de mediana edad que trabajaba en una cutre-ítalo-cafetería; las propias chicas de oro; el culebrón venezolano "Señora", con Carlos Mata, la tribu de los braddy... vaya, que fuera de las diarias clases particulares no daba ni sello; era una huida en toda regla, abrir las libretas significaba aceptar que pese a las explicaciones de la profe particular, yo seguía sin entender nada y eso, me daba pánico.

Por eso, el día 3 de septiembre de 1990 hice un examen que con las mejores intenciones por parte del profesor, no llegaba al dos. Al ir a entregar la prueba de mi esfuerzo, le expuse directamente al profesor la gran inutilidad pedagógica de otro suspenso en su asignatura, jamás aprobaría; yo le prometí no coger fiqui en tercero ni en lo que me quedaba de formación y, ojo al dato, me comprometía encontrar a un compañero de viaje que entre muchas otras cosas, me enseñase en un futuro remoto los gozos y las sombras de la tabla periódica y de los vectores de fuerza. Luis Berrocal entendió mi verdad y me aprobó la asignatura de fiqui.

roses iba a otra clase de segundo de BUP, con otro profe de fiqui. compartimos profesora particular y como ella siempre ha sido una cabeza pensante mucho más válida que no yo, pues al final mi presencia en aquellas clases a domicilio entorpecía su aprendizaje. ella sacó cerca de un cuatro en su examen, pero el profesor respetó el no aprobado de aquella nota. Así que ella empezó tercero de BUP con fiqui para febrero. cuando nos enteramos de la noticia de nuestros desiguales resultados yo me quedé muy meditabunda y sentencié:

--no te preucupes, berni (por aquellos entonces yo la apodaba por su apellido), ahora no te das cuenta, pero este suspenso tuyo, seguro, yo voy a acabar envidiándolo...


El primer día lectivo de tercero de BUP conocí al que iba a ser mi profe de mates hasta el final de mis días como alumna de esa asignatura. Ya le había visto el año anterior por los pasillo y sabía que le llamaban el Zopaz por la curiosa manera que tenía de pronunciar las eses, las ces, las zetas y casi todos los fonemas sonoros. Pero hasta que no le tuve delante como profe, no le conocí. Se llamaba Juan Luis y debía tener treinta y pocos años. Era alto, desgarbado y desproporcinado con la zona de la cadera y el abdomen ancha y con tendencia a acumular reservas de energía. No era gordo, pero aún era menos flaco que gordo. Tenía muy poco pelo, de color negro y muy lacio, lleva corte de pelo en los que la parte superior se dejaba más larga y proyectada hacia arriba, cayendo en forma de penacho sobre la frente. Pero con poco movimiento ya que su pelo era sumamente grasiento, pero no por dejadez, sino de naturaleza. Sus ojos eran negros y pequeños, flanqueaban una nariz rechoncha, repleta de puntitos negros. barbilampiño, su tez no era ni pálida ni morena. La boca en si merecería toda una entrada para ella sola; los labios eran carnosos, pero sin una forma determinada, los dientes grises y torcidos, más allá, algún defecto en el frenillo o en la oclusión de la boca hacía silbar todos los fonemas ganándose el apodo universal del zopaz, había ratos que la linea sonora de su discurso no difería en nada a la del pato d0nald. Nada más empezar a explicar que era nuestro profe de mates, me enamoré perdidamente de el, con una entrega insólita en mi.

El comienzo de curso no podía ser mejor, tras dos años separadas, roses y volvíamos a estar juntas en la misma aula, sentadas en la misma primera mesa de al lado de la puerta y para mayor disfrute con 4 horas semanales de mates más la flexible quincenal con juan luis. Claro que roses, de aquí lo fantástico de su suspenso, lo tenía también los miércoles por la tarde dando repaso de fiqui de segundo. ¿Ves como yo llevaba razón al pensar que suspendías por algo? Al principio, roses miraba a juan luis sin apreciar el enorme componente erótico que yo encontraba en el, epro con un poco de paciencia, acabó tan enamorada como yo, o casi. De alguna manera, juanlu correspondía a nuestras constantes atenciones clavando sus antebrazos en nuestras mesa cada vez que nos ponía ejercicios, porque yo jamás en mi vida he pedido tanta ayuda para nada. Cuando alguien lo llamaba, roses y yo levantábamos los brazos exasperadas como pollitas caídas de un nido de rapaces reclamando su atención:

--nosotras te necesitamos más!!!

El resto de la clase pensaba, en un primer momento, que era una especie de choteo cruel el que nos llevábamos con juanlu, pero que va! Nos encantaba que nos hiciese caso, que se le notase que sentía predilección por nosotras. Además, tanto era nuestro empeño en hacerle ver que nos gustaba que el pobre chico se ponía nervioso y le asaltaban tics y tartamudeos varios sin cesar al estar cerca nuestro.

No se lo pusimos fácil, posturas femeninas, actitudes sugerentes, una insistencia a prueba de cualquier intento de recriminación por su parte... Para mayor entendimiento apuntaré que en enero de aquel año tele cinco emitió el super bombazo televisivo de Twin Peaks, nuestra actitud era el calco de Audrey Horn, la eterna enamorada del agente especial Dale Cooper. En el fondo, yo pienso que se tuvo que autoconvencer de que nuestras intenciones no iban más allá de la broma para no atentar contra sus sólidas bases de docente. Eso si, subimos la nota en mates del aprobado a siete, a base de entenderlo, sin favoritismos, que a la hora de evaluarnos juanluis era ecuánime con toda la clase.

Juanlu tenía una novia y fecha para casarse y estoy convencida de que jamás tuvo admiradoras de nuestro calibre: morenazas, traviesas, pícaras y disponibles. Pasamos un curso enloquecedor gracias a juanlu, el solo se limitaba a dar su clase y hacernos caso, pero para mi fue muy especial. Por aquella época yo era muy pionera en mis estilismos, iba teñida de pelirroja, ceñida y con plataformas o las doc marteens; juanlu me miraba con toda la desaprobación imaginable en cuanto a la estética, pero no podía dejar de admitir que mal no me quedaba.


A veces no podía resistir sus impulso y nos acariciaba la mejilla, contenido y nos miraba como sino fuese capaz de entendernos, como si admitiese que el había tenido nuestra edad de una manera tan distinta... Precisamente era eso lo que me atraía de el, la posiblidad de ver el mundo desde otra óptica, a través de una persona muy distinta a mi y a mi experiencia. a juanlu le gustaban los libros y las películas de ciencia ficción, había sido un alumno tímido y con algo de sapientín, con escasa vida social, pero duradera, responsable y nada frívolo. Era como nuestra inversa. Mirándole me preguntaba en que parte del camino uno decide y se posiciona en el lado en el que va a militar, ¿porqué me sentía tan cerquita de alguien que si tuviese mi edad prácticamente estaba condenado a que le ignorase?

no pienso mucho en juanlu, algún día lo he visto tomar café con algún que otro profesor y lo he encontrado, más ancho, más grande, más calvo... fue el amor del año en que me llamé Palmira.

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